El análisis del exilio centrado en las mujeres y en las relaciones de género en el ámbito privado de la familia exilada y en el ámbito de la vida pública, supone una reconceptualización del exilio mexicano que modifica la visión tradicional, lo desmitifica en muchos aspectos y, en todo caso, añade una nueva dimensión a su estudio. El carácter familiar del exilio, la insuficiencia de su caracterización como emigración intelectual y el hecho de tratarse de una emigración asistida son los tres principales puntos en que se fundamenta la visión general de este proceso migratorio, que viene a matizar bastante lo repetido hasta ahora.
El exilio republicano a México fue una emigración por motivos políticos, en la cual salieron de España miles de personas de características muy distintas a las que habían compuesto la emigración económica a ultramar en años precedentes. Una diferencia fundamental, aunque poco valorada hasta ahora, entre ambos procesos es que el primero presentó un carácter familiar muy acusado. Se ha hablado de los hombres del exilio sin considerar que una parte muy importante del movimiento migratorio fueron las mujeres y los niños que salieron de España junto a los hombres conformando amplios grupos familiares.
Recepción en la embajada republicana en México, con Giral entre otros
Los refugiados en México formaban parte de la minoría más politizada y culta de la España Republicana. Sin embargo, el análisis social del exilio a partir de fuentes documentales escritas y orales -poco consultadas hasta ahora- contribuye a desmitificar la caracterización del exilio español a México como una emigración de intelectuales, quienes sólo fueron su parte más visible. La memoria colectiva de los propios exilados es en parte responsable de esta mitificación, al considerar a los intelectuales como los mejores representantes del conjunto de los refugiados españoles. Por lo tanto, nos parece más significativo definir el exilio por su carácter de emigración política más que intelectual, pues en realidad eran más numerosos los individuos significados por su militancia que los intelectuales.
El exilio español desde su llegada a México en 1939 y durante los años cuarenta fue una emigración asistida, puesto que había sido organizada conjuntamente por el Gobierno mexicano y los organismos de ayuda a los republicanos españoles, el SERE y la JARE. Un exilio con estas características es algo excepcional en la historia de las migraciones políticas, que no suelen contar, a la hora de instalarse en el nuevo país, con una ayuda tan efectiva del gobierno del país de llegada ni de sus compatriotas como la que tuvieron los exilados españoles en México. Las ayudas materiales proporcionadas por los dos organismos, SERE (Survive, Evade, Resist and Extract) y JARE (Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles, 1939-1943), no han sido valoradas hasta ahora en toda su importancia, sin duda debido a la falta de utilización de las fuentes documentales procedentes de estas instituciones. Sin embargo, el análisis de los archivos nos lleva a afirmar que el SERE y en especial la JARE, fueron un componente decisivo de esta emigración.
La continuada ayuda a lo largo de los años cuarenta fue repartida por el SERE y la JARE de forma desigual entre los exilados, guiándose más por criterios políticos que por las necesidades de los peticionarios. Pese a ello, la JARE, de 1939 a 1943, logró tener bajo su control administrativo a la gran mayoría de los refugiados españoles que solicitaron sus beneficios. Además, las instituciones sociales creadas con estos fondos sirvieron de elemento aglutinador del colectivo exilado en México.